Más detalles sobre el nuevo programa lunar de la Nasa

La agencia espacial estadounidense ha dado a conocer los resultados de su iniciativa Exploration Systems Architecture Study, un estudio que define las características del futuro retorno de los astronautas de la NASA a la superficie de la Luna y más allá.

Vehículo espacialEl trabajo efectúa recomendaciones específicas sobre el diseño del vehículo que llevará a los astronautas y de los cohetes que se emplearán para ello, en el marco del programa Vision for Space Exploration, propuesto por el Presidente Bush.

El vehículo espacial de nueva generación que sustituirá a la lanzadera espacial será básicamente parecido a la antigua cápsula Apolo, aunque dotada de los últimos adelantos y una capacidad para hasta seis tripulantes. Con sus 5,5 metros de diámetro, podrá volar con astronautas o de manera automática. Su diseño es tal que permitirá su empleo para llevar a relevos de tres astronautas hacia la estación espacial internacional, cuatro personas a la órbita lunar y hasta seis en dirección a Marte.


El cohete que transportará a esta nave hasta la órbita terrestre utilizará tecnología de propulsión derivada del programa Space Shuttle. En concreto, usará uno de sus aceleradores sólidos de cuatro segmentos, unido a una etapa superior criogénica equipada con un motor principal SSME. Ello le permitirá satelizar 25 toneladas. Gracias a su disposición en línea, y a un sistema de aborto en vuelo, será diez veces más seguro que la actual lanzadera espacial. Aprovechando esta tecnología, la NASA ahorrará mucho dinero y tiempo de desarrollo. Además, tanto los aceleradores sólidos SRB como los motores SSME ya han sido certificados para vuelos tripulados. No menos importante es el hecho de que se dispone de todo lo necesario para su producción.

Para los vuelos a la Luna, la NASA desarrollará un cohete igualmente derivado de la tecnología de la lanzadera. Consistirá en un cuerpo central (un tanque externo modificado) equipado con cinco motores criogénicos SSME, unido a dos aceleradores sólidos SRB de cinco segmentos. Permitirá enviar 106 toneladas a la órbita terrestre, o 125 toneladas si incorpora un módulo de propulsión superior para abandonar la Tierra en dirección a nuestro satélite. El cohete se empleará para misiones de carga, pero podría ser adaptado para transportar tripulaciones si fuera necesario. Mientras, podrá llevar a bordo el futuro módulo de alunizaje, al cual se unirán los astronautas con su nave, tras despegar paralelamente mediante su propio cohete.

La NASA lanzará sondas de exploración entre 2008 y 2011 para analizar la superficie de nuestro satélite. Con la información que proporcionen se designarán los mejores lugares para el alunizaje tripulado, incluyendo aquellos que posean recursos que puedan ser explotados para futuras iniciativas (minerales, agua, etc.).

El plan de la agencia para desarrollar las naves y los cohetes que permitan volar a la Luna a partir de 2018 costará unos 100.000 millones de dólares. El cohete pesado pondrá en órbita baja una etapa de escape y el módulo de alunizaje. Después, el llamado CEV (Crew Exploration Vehicle), con su tripulación, se unirá al conjunto. La etapa de escape se encenderá y se iniciará el viaje a la Luna. Tres días después, se alcanzará la órbita lunar. Los cuatro astronautas penetrarán en el interior del módulo de alunizaje e iniciarán el descenso, dejando la cápsula atrás. El módulo podrá posarse en cualquier lugar de la Luna, y proporcionar los recursos de subsistencia necesarios para estancias de siete días. Después, la tripulación volverá a la cápsula mediante la zona superior del módulo lunar, ahora convertida en módulo de servicio. Este ayudará a regresar a la Tierra con su sistema de propulsión. Finalmente, la cápsula se separará y usará su escudo térmico para protegerse del descenso atmosférico, que lo llevará hasta tierra firme (no sobre el mar, como en el Apolo).

La NASA espera realizar al menos dos misiones lunares al año, suficiente para construir un asentamiento permanente donde prolongar las estancias e intercambiar tripulaciones cada seis meses. El polo sur lunar es un candidato perfecto para la instalación de esta base. Con todos los elementos suficientemente probados, podrá empezar a plantearse el viaje a Marte.

Fuente: Nasa