Remolcador espacial

“Cualquier asteroide amenazador tan sólo necesita un empujoncito”, declaran dos astronautas.

Incluso un asteroide relativamente pequeño de 200 metros de ancho podría resultar desagradable si golpeara la Tierra, pudiendo devastar un pequeño país. Los investigadores se han tomado esta amenaza muy en serio, y están buscando maneras de predecir colisiones futuras y prevenirlas.

Remolcador espacialLos científicos han considerado detonar una gran bomba atómica para dividir la roca en trozos menos amenazadores. Aunque ésta pudiera ser una solución espectacular, Edward Lu, del Centro Espacial Johnson de la NASA en Houston, Texas, lo califica despectivamente como “el método de explosión y esperanza”.

“La razón de que no sea una buena idea es que no sabes el resultado”, explica. La estructura interna de los asteroides es poco conocida, y hacer estallar la roca en rotación en el momento erróneo podría incluso empeorar la situación, declara.

Un buen remolque

“Lo que realmente necesitas es algo controlable”, argumenta Lu. Y eso significa un remolcador espacial.


La dificultad con esto es que un asteroide podría no ser más que un montón de escombros, haciendo difícil para el remolcador engancharse. Y dado que la mayoría de los asteroides rotan, un motor anclado a la superficie debería ser encendido intermitentemente para empujar la roca en la dirección correcta, perdiendo un tiempo precioso.

Así que Lu y su compañero astronauta Stanley Love proponen una nave espacial que simplemente se mantenga suspendida sobre la superficie del asteroide, usando la gravedad como cable de remolque. Calculan que una nave de 20 toneladas podría desviar con seguridad un asteroide típico de 200 metros de ancho en aproximadamente un año, asumiendo que se avisara con 20 años de antelación para dar tiempo a lanzarla y colocarla en posición.

Invasores del espacio

“Creo que es una idea fascinante”, declara David Morrison, un investigador del el Centro de Investigació Ames de la NASA en Moffet Field, California. Morrison preside el grupo de trabajo sobre objetos cercanos a la Tierra (near-Earth objects o NEOs en inglés) de la Unión Astonómica Internacional. Morrison está de acuerdo en que la amenaza de los asteroides cercanos a la Tierra debería ser tomada en serio. Programas de observación tales como el Spaceguard Survey están ahora rastreando el cielo en busca de “rocas renegadas”. “Pero nadie ha gastado dinero de manera significativa en el asunto de cómo desviarla si encontramos una”, dice Morrison. “Aquellos asteroides que hemos descubierto hasta la fecha no suponen una amenaza inmediata”, declara.

Pero dado el ritmo al que se van descubriendo, Morrison estima que aún podría haber escondidos en el espacio un puñado de ellos con la Tierra en su punto de mira. Lu, que pertenec a la Fundación B621, un grupo de científicos espaciales que quieren ver tecnología capaz de desviar asteroides funcionando en 2015, tiene grandes esperanzas en que el tractor gavitatorio será construído. Para ponerlo en marcha, Lu recomienda que el gobierno de los Estados Unidos invierta en motores iónicos alimentados por energía nuclear, los cuales son más maniobrables que los químicos y menos vulnerables a quedarse sin combustible. La NASA canceló recientemente el programa dedicado a desarrollar este tipo de propulsión para dedicarse a proyectos con una aplicación más inmediata.

Esperar y ver

La Fundación B612 trató recientemente de convencer a la NASA para colocar un emisor de radio en el asteroide de 320 metros de ancho 99942 Apofis. Se espera que la roca pase tan solo a 30.000 kilómetros de la Tierra en 2029.

Ésto alterará su órbita de manera que hay una remota posibilidad, en torno a 1 en 15.000, de que golpee la Tierra en 2036. La NASA respondió con una estrategia de “esperar y ver”, prometiendo que vigilaría a Apofis por si pasara por ese pequeño “ojo de la cerradura” de espacio que lo pondría en rumbo de colisión con la Tierra. Esto aún dejaría suficiente tiempo para organizar una misión que permitiera evitar el desastre, declaró la Agencia.

Pero Lu argumenta que un minúsculo desvío unos pocos años antes del encuentro cercano de 2029 prevendría definitivamente un ulterior impacto, y podría conseguirse con un tractor de una tonelada. “Siempre es más fácil planear con antelación que limpiar después del desastre”, advierte.

Fuente: Astroseti

  • By Tati, octubre 3, 2006 @ 1:40 am

    No lei la entrada por con el solo título dicierno totalmente.

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