Más «Hobbits» en la Isla de Las Flores.

Un equipo de científicos australianos ha localizado varios huesos en la isla de Flores; pertenecerían a una mujer que vivió hace unos 18.000 años.

Cráneo FloresiensisCientíficos australianos hallaron más restos de seres diminutos en una isla indonesia, que se suman a los descubiertos hace un año y que los expertos consideran pertenecen a una nueva especie humana.

Según publica esta semana la revista británica Nature, los investigadores encontraron en la isla de Flores una mandíbula y varios huesos de dedos y de extremidades, así como el brazo derecho del ejemplar original, una mujer que habría vivido hace 18.000 años.

El primer hallazgo -parte de un esqueleto que incluía el cráneo- sorprendió al mundo al sugerir la existencia de una especie nueva de ser humano, caracterizada por su pequeño tamaño de menos de un metro de altura.


Tras el descubrimiento de esa primera hembra, hubo científicos que pensaron que no se trataba de una nueva especie humana, sino que podría tratarse simplemente de un pigmeo o un ser humano afectado de microcefalia, cuyos síntomas son un cerebro inusualmente pequeño y a menudo enanismo.

Pero el hallazgo de más restos refuerza la hipótesis de que los seres que habitaron Flores hace menos de 20.000 años pertenecían a una especie hasta ahora desconocida de ser humano, con unos rasgos comunes que difícilmente pueden atribuirse a una enfermedad.

«No parece que el crecimiento anormal sea una explicación plausible, ya que el enanismo relacionado con el desarrollo hormonal y la microcefalia que se desarrolla en humanos va acompañada de unos miembros y pelvis de proporciones normales», apunta Morwood en la revista.

Antecedente. Hace un año se hallaron también en una de las cuevas de la isla indicios de fuego y de fabricación de utensilios, lo que sugiere que los llamados «Homo floresiensis«, pese a su cerebro del tamaño de un pomelo, tenían capacidad intelectual.

Los últimos descubrimientos han tenido lugar en la cueva de Liang Bua, en la misma isla de Flores, e incluyen el antebrazo de un niño que habitó hace unos 12.000 años, así como otros huesos que parecen datar de hace 95.000 años.

Según los datos recopilados hasta ahora por los científicos, los «hobbits» tenían la cabeza pequeña y sin barbilla, los brazos largos en relación al cuerpo, la pelvis en forma de campana y extremidades robustas, parecidas a las de los chimpancés.

Vivían en un mundo poblado por ratas del tamaño de perros, enormes lagartos y elefantes pigmeos; de estos últimos, llamados «Stegodon», se han encontrado restos en una de las cuevas, con marcas de cuchillo.

El profesor Daniel Lieberman, de la Universidad de Cambridge, en Massachusets (EEUU), afirma en «Nature» que «los hallazgos de Liang Bua son emocionantes, por los interrogantes que plantean», y espera que pueda llegarse a un consenso sobre el origen de los pequeños seres.

En un principio se sugirió que descendían de otra especie humana, el «Homo erectus«, que habría llegado a Flores hace 800.000 años.

Sin embargo, el tamaño de los brazos planteó la posibilidad de que proviniera de una especie más primitiva, el «Australopithecus«, aunque los rasgos generales de esa familia no concuerdan con los de los «hobbits».

Si al final resulta que se trata de una especie humana nueva, ello significaría que el humano moderno convivió con otros homínidos hace mucho menos tiempo de lo que se piensa. Los últimos indicios de tal convivencia fue cuando los «Homo Sapiens» coexistieron en Europa y Asia con los «Neanderthales» hace 35.000 años.

Imágen: Un cráneo del ‘Homo floresiensis’ y uno moderno
Fuente: EFE