Primer paso en el cultivo de pulmones para transplantes

Un grupo de científicos ha convertido con éxito células madre embrionarias humanas en células de pulmón, logrando con ello un primer paso hacia la construcción de pulmones humanos para trasplante.

Hes_pneumocytesEn este experimento pionero, el equipo del Imperial College de Londres tomó células madre embrionarias humanas y las «guió» para convertirlas en el tipo de células necesarias para el intercambio gaseoso en el pulmón, conocido como epitelio maduro de los bronquiolos.

La profesora Julia Polak, del Imperial College de Londres, que dirigió el equipo de investigación, destaca la importancia de este logro, ya que podría ser un paso enorme hacia la posibilidad de construir pulmones humanos para trasplante o para reparar pulmones dañados seriamente por enfermedades incurables tales como el cáncer.


La investigación implicó tomar células madre embrionarias humanas y hacerlas crecer en placas de Petri en el laboratorio, con un sistema especializado que las llevó al desarrollo de células de la parte del pulmón donde se absorbe el oxígeno y se excreta el dióxido de carbono. Aunque esto se hizo en primera instancia en células madre embrionarias, el sistema será probado también en células madre de otras fuentes, incluyendo sangre de cordón umbilical y médula ósea.

La Dra. Anne Bishop, del Imperial College de Londres, advierte que pasarán algunos años antes de poder construir pulmones humanos viables para trasplante, pero está convencida de que éste es un paso crucial hacia la derivación de células que se podrían utilizar para ese fin.

Siguiendo con otras pruebas de laboratorio, los investigadores planean utilizar sus resultados para tratar problemas tales como el síndrome de dificultad respiratoria aguda (ARDS), una dolencia que causa la alteración de la permeabilidad de la membrana capilar pulmonar, y que mata actualmente a muchos pacientes en cuidados intensivos. Inyectando células madre que se puedan convertir en células de pulmón, esperan poder revertir ese grave trastorno respiratorio.

Fuente: Imperial College London