Localizan en Formentera el ser vivo más grande del mundo: una posidonia

El organismo vivo más grande del mundo se encuentra en las profundidades marinas de las Baleares. Se trata de un angiosperma posidonia de ocho kilómetros que se ha encontrado en aguas de Formentera y que los científicos han podido «acotar» gracias a pruebas genéticas porque se encuentra entrelazado con otras muchas especies. Según el equipo que lo ha descubierto, integrado por científicos españoles del CSIC y por otros de Portugal, del Caribe y de Estados Unidos, el alga angiosperma está viva desde hace 100.000 años.
Posidonia_oceanica
Carlos Duarte, profesor de investigación del CSIC, explicó que el fenómeno localizado en Formentera ha hecho sospechar que quizás sea más frecuente de lo que nos imaginamos. De hecho, apuntó que en Campello (Alicante), Chipre y Sicilia existen praderas de grandes dimensiones aunque inferiores a la que comunica las Pitiusas.

Duarte atribuyó a la casualidad el hecho de encontrar este ejemplar, puesto que crece en una pradera de 700 kilómetros de extensión entre la zona de Els Freus (Formentera) y Las Salinas de Ibiza. La planta en cuestión se encuentra repartida por el fondo del mar con constantes hojas aflorando entre otras congéneres. Fue posible distinguirla gracias a marcadores genéticos.


Duarte compareció en rueda de prensa junto a las doctoras Sophie Arnaud, de la Universidad del Algarve (Portugal), y Salud Deudero, de la Universidad de las Illes Balears. Todos ellos aprovecharon el momento para denunciar la situación en que se encuentra la posidonia oceánica en el Mediterráneo, donde se calcula que existen 50.000 kilómetros cuadrados poblados por esta planta.

De esta extensión, entre 2.000 y 3.000 se encuentran en Baleares que Deudero advirtió se encuentran en peligro de extinción por el cambio climático, los vertidos, el lanzamiento de anclas que erosionan las zonas pobladas por ejemplares de esta especie y las especies de algas invasoras.

Según Deudero, en el Mediterráneo se pierde anualmente un tres por ciento más de esta especie que en el resto del mundo. A este fenómeno hay que añadir el lento crecimiento de la posidonia oceánica -dos centímetros al año- y su escasa producción de semillas. Por esa razón las pérdidas en esta especie son irreversibles, ya que la recuperación de una pradera requiere varios siglos.

Precisamente, el Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados y la Fundación BBVA están llevando a cabo unos trabajos de investigación sobre el CO2 que absorben las praderas submarinas del Mediterráneo, que los científicos estiman en torno a medio millón de toneladas al año.

Los científicos reunidos en Cap Ses Salines han estudiado las causas de esta regresión, las funciones que realizan las praderas submarinas y las consecuencias de su pérdida, con el objetivo final de elaborar directrices de buenas practicas para su gestión y conservación.

Alimentar las playas

Los resultados demuestran, por primera vez, que las praderas de posidonia tienen una gran capacidad para filtrar partículas en suspensión, contribuyendo de esta manera a mantener la transparencia del agua y a acelerar la sedimentación de arena en las playas. También se ha comprobado que la degradación de praderas submarinas elimina funciones básicas de estos ecosistemas, como su capacidad de secuestrar CO2, de retener sedimento, filtrar partículas y alimentar playas con materiales.

Fuente: Europa Press

  • By Juan, diciembre 9, 2008 @ 3:14 pm

    muy interesante….

    saludos

    Claudia

  • By indiivaa, febrero 3, 2009 @ 2:19 am

    supR
    oq zsii muchO..!!

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  1. Solchy » Viven para simpre?? — diciembre 11, 2008 @ 6:22 am