Descubren ingredientes básicos del ADN alrededor de una estrella
El Telescopio Espacial Spitzer de la NASA ha descubierto algunos de los más básicos ingredientes de la vida en el polvo que gira alrededor de una joven estrella.
Estos ingredientes, precursores gaseosos del ADN y de las proteínas, fueron detectados en la zona de planetas terrestres de la estrella, una región donde se cree que nacen los cuerpos rocosos similares a la Tierra.
Los hallazgos representan la primera vez en que esos gases, denominados acetileno y cianuro de hidrógeno, han sido detectados en una zona planetaria terrestre que no sea la nuestra.
“Este sistema infantil podría lucir muy parecido a lo que fue el nuestro hace miles de millones de años, antes de que la vida surgiera sobre nuestro mundo”, dijo Fred Lahuis del Observatorio Leiden en Holanda y del instituto holandés de investigación espacial llamado SRON. Lahuis es el autor principal del artículo que será publicado en el número del 10 de enero de 2006 en Astrophysical Journal Letters.
Lahuis y sus colegas detectaron los gases orgánicos (es decir, con contenidos de carbono) alrededor de una estrella llamada IRS 46 (conocida también como YLW16b o GY274), localizada a una distancia de unos 125 parsecs (410 años luz) en la constelación de Ofiuco.
Esta constelación alberga una enorme nube de gas y polvo que está en proceso de convertirse en un enorme “boom” estelar. Al igual que la mayoría de las estrellas jóvenes, aquí y en cualquier otro lado, IRS 46 está rodeada por un disco achatado de gas y polvo que podría finalmente formar acumulaciones que se convertirían en planetas.
Cuando los astrónomos sondearon el disco de esta estrella con el poderoso espectrómetro infrarrojo de Spitzer, se sorprendieron al encontrar los “códigos de barra” moleculares de grandes cantidades de gases de acetileno y cianuro de hidrógeno, así como de dióxido de carbono. El equipo observó 100 estrellas jóvenes similares, pero una sola de ellas, IRS 46, mostraba inequívocos signos de esta mezcla orgánica.
“El disco de la estrella estaba orientado en la dirección justa como para permitirnos atisbar lo que había allí”, dijo Lahuis. Los datos de Spitzer revelaron también que los gases orgánicos estaban calientes. Tan calientes, de hecho, que muy probablemente están localizados cerca de la estrella, a aproximadamente la misma distancia que está ubicada la Tierra de nuestro Sol.
“Los gases están a muy alta temperatura, muy cerca de o ligeramente sobre el punto de ebullición del agua aquí en la Tierra”, dijo el Dr. Adwin Boogert del Instituto de Tecnología de California en Pasadena. “Estas altas temperaturas ayudaron a precisar la localización de los gases en el disco”.
Gases orgánicos tales como los descubiertos alrededor de IRS 46 se encuentran también en nuestro propio sistema solar, en las atmósferas de los planetas gigantes y en la luna de Saturno, Titán, así como en las superficies heladas de los cometas. También han sido observados alrededor de estrellas masivas por el Observatorio Espacial Infrarrojo de la Agencia Espacial Europea, aunque se cree que estas estrellas son menos propensas que las estrellas tipo Sol para la formación de planetas capaces de albergar vida.
Aquí en la Tierra, se cree que estas moléculas llegaron hace miles de millones de años, posiblemente a través de cometas o de polvo cometario que “llovió” desde los cielos. El acetileno y el cianuro de hidrógeno se combinan en la presencia de agua para formar algunas de las unidades químicas de los compuestos más esenciales para la vida, el ADN y las proteínas. Estas unidades químicas comprenden varios de los 20 aminoácidos que componen las proteínas y una de las cuatros bases químicas que conforman el ADN.
“Si en tubo de ensayo se introducen cianuro de hidrógeno, acetileno y agua y se les da una superficie apropiada en donde puedan concentrarse y reaccionar, se obtiene una gran cantidad de compuestos orgánicos entre los que se incluyen aminoácidos y una base purina de ADN denominada adenina”, dijo el Dr. Geoffrey Blake de Caltech, un co-autor del artículo. “Y ahora, podemos detectar estas mismas moléculas en la zona planetaria de una estrella que se encuentra a cientos de años luz de nosotros”.
Observaciones subsiguientes realizadas con el Telescopio W. M. Keck en la cima del Mauna Loa en Hawai, confirmaron los hallazgos de Spitzer y sugirieron la presencia de un viento que emerge de la región interior del disco de IRS 46. Este viento expulsará escombros del disco, aclarando el camino para la posible formación de planetas tipo Tierra.
El Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) dirige la misión del Telescopio Espacial Spitzer para el Directorio de Misiones Científicas de la NASA en Washington. Las operaciones científicas son llevadas a cabo en el Centro de Ciencia Spitzer en Caltech. JPL es una división de Caltech. El espectrógrafo infrarrojo de Spitzer fue construido por la Universidad de Cornell, Ithaca, Nueva York. Su desarrollo fue conducido por el Dr. Jim Houck de Cornell.
Fuente: Astroseti