Un grupo de investigadores de la Universidad de California en San Francisco ha identificado una serie de genes que no sólo limitan el cáncer en los gusanos, sino que además frenan el proceso de envejecimiento, y ahora están estudiando si los genes tienen las mismas propiedades en los seres humanos.
Según publica la revista Nature, se podrían obtener medicamentos que imiten los efectos de esos genes ayudando a que la gente pueda frenar el cáncer y también vivir más tiempo. Los investigadores aseguran que el cambio de un sólo en un gen, llamado daf-2, podría duplicar la duración de la vida de unas pequeñas lombrices llamadas Caenorhabditis elegans.
Para llegar a esta conclusión se analizaron tantos genes como pudieron que hubieran sido afectados por el daf-2, 734 en total, hallando que 29 de ellos o bien estimulaban el crecimiento de los tumores, o lo suprimían. Algunos causaban proliferación de células, lo que lleva a que un tumor crezca y se propague, mientras que otros iniciaban un proceso suicida programado llamado apoptosis, usado por el cuerpo para destruir células defectuosas, incluyendo células de tumores.
Los descubridores aseguran que puesto que los humanos tenemos versiones de muchos de estos genes, el descubrimiento podría conducir a tratamientos que nos mantengan jóvenes y libres de cáncer mucho más tiempo de lo normal. De momento, tendremos que esperar ilusionados a que estas previsiones se hagan realidad.
Noticia enviada por Marcos
Fuente: Reuters
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Un equipo de investigadores del Hospital en Boston y de la Facultad de Medicina de Harvard, han conseguido desarrollar un «anticonceptivo genético» que podía obstruir la producción de óvulos durante la ovulación mensual sin generar los efectos secundarios de pastillas hormonales tradicionales.
De este modo, se hace imposible que los espermatozoides fecunden a los óvulos y se trataría del primer gran avance desde la primera anticoncepción química hace casi 60 años, cuando se desarrolló la píldora anticonceptiva. En este caso, sin los efectos secundarios de esta, ya que el anticonceptivo genético no inundará el cuerpo con hormonas sexuales.
Además, se evitarían riesgo que han sido asociados con los anticonceptivos orales tradicionales, basados en progesterona y estrógeno, como el alto riesgo de formar coágulos, adquirir ciertos tipo de cánceres, y afectar al humor y la libido, así como causar aumento de peso.
El nuevo anticonceptivo se basa en una técnica llamada interferencia de ARN, que utiliza diminutos fragmentos del material genético para bloquear la actividad de genes en el organismo. De momento sólo se ha utilizado en ratones que se desarrollaron sanamente pero totalmente infértiles.
Si las investigaciones avanzan por buen camino, este revolucionario anticonceptivo estaría listo para dentro de 10 años, aseguran los investigadores.
Visitando Meneame, me encuentro con esta joya televisiva, con dos genios, cada uno a su estilo, cara a cara. Se trata de una entrevista realizada por Andreu Buenafuente a Eduard Punset, famoso divulgador científico español.
Os recomiendo que veáis la entrevista entera, dura 25 minutos, y si no, al menos el principio, las primeras reflexiones de Punset y la cara de Buenafuente son impagables, didáctico y divertido a partes iguales 😀
Científicos de la Universidad de California han logrado crear un detector miles de veces más pequeño que el diámetro de un pelo humano capaz de convertir ondas de radio en sonido, consiguiendo el primer detector de tamaño nanométrico funcionando en un sistema de radio.
Para conseguir fabricarlo, han utilizado nanotubos de carbono, con sólo unos pocos átomos de ancho, siendo casi mil veces más pequeña que la tecnología actual que se utiliza en las radios.
El primer uso que se le dió fue transmitir música clásica de forma inalámbrica desde un reproductor iPod hasta un altavoz situado a varios metros de distancia. Todos los detalles de este experimento serán publicados el mes próximo en la revista de la Sociedad Química Americana Nano Letters.
Los investigadores aseguran que «aunque sólo hemos demostrado que funciona (en nanotubos) el componente crítico del sistema de radio, el demodulador, es presumible que en el futuro todas las partes estarán hechas a nanoescala, y eso permitirá un verdadero sistema de comunicaciones inalámbricas a taño nanométrico».