Un grupo de astrónomos descubrió el planeta extrasolar más pequeño conocido hasta la fecha que orbita una estrella. Concretamente es de un tamaño tres veces el de la Tierra, ha sido bautizado como MOA-2007-BLG-192Lb y orbita una estrella con una masa tan pequeña que los investigadores creen que se trata de una «estrella fallida» o de una enana marrón (una estrella que nunca alcanzó la masa necesaria para iniciar reacciones de fusión en su núcleo).
Para hallar este «diminuto» planeta se tuvo que utilizar la técnica de la distorsión gravitacional, que aprovecha la curvatura de la luz cuando los rayos pasan cerca de un objeto de gran tamaño, como una estrella. El telescopio encargado fue el MOA-II situado en el observatorio del monte John, en Nueva Zelanda.
Según algunos astrónomos, existe la posibilidad de que el planeta pueda tener una atmósfera densa o incluso que haya un océano en su superficie. Por todos es sabido que el encuentro de un planeta con una masa similar a la Tierra, con una densa atmósfera para mantenerlo caliente y un océano líquido en la superficie sería el lugar idóneo para poder albergar vida e incluso un segundo hogar para los humanos.
El planeta recientemente encontrado orbita alrededor de una estrella con un radio orbital similar al de Venus. Esta estrella se cree que es entre 3.000 y un millón de veces menos brillante que nuestro Sol, por lo que la parte superior de la atmósfera del planeta debe de ser fría, además, seguramente también sea extremadamente oscuro.
Fuente: BBC Ciencia
Hay noticias que sorprenden, en las que es inevitable preguntarse como es posible que todavía se descubran ciertas cosas en lugares tan estudiados y visitados, incluso explotados por el turismo. Este es el siguiente caso, en el que un grupo internacional de arqueólogos ha descubierto las antiguas ruinas de la «pirámide perdida», situada en el Valle de Giza cerca de Keops, Kefrén y Micerinos. Se trataba de una estructura erigida en época del faraón Dyedefra, hijo y heredero de Keops (2.556 a.C.), con mucha más altura que sus hermanas emplazadas a orillas del Nilo.
Esta enigmática construcción se situaba en Abu Rawash, a escasos kilómetros de El Cairo y pese q que durente años se pensó que no había sido terminada de construir, el reciente descubrimiento afirma todo lo contrario.
«Esta pirámide fue la más alta y su piedra era de mejor calidad. Sus piedras fueron utilizadas durante siglos para construir en El Cairo», señala Zahi Hawass, secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades Egipcio.
Concretamente, la pirámide medía casi 154 metros, algo más de siete metros respecto a la de Keops. Cada una de las caras, en su base, medía 122 metros y el ángulo de inclinación era de 64 grados.
Ahora, los restos de la pirámide se alzan sólo 10 metros del suelo en una zona militarizada de acceso restringido y según parece, esta construcción nunca estuvo conectada con el resto.
Fuente: 20minutos
La pérdida de cabello afecta al 40% de los hombres mayores de 50 años de edad, pero este problema parece tener los días contados. Unos recientes experimentos realizados en el Reino Unido sugieren que células cultivadas en laboratorios podrían ofrecer una solución a la calvicie. Para lograrlo, se toman pequeñas cantidades de células de cabello que no se hayan atrofiado aún y se multiplican para poder inyectarlas en las áreas donde ya no crece pelo.
Estos experimentos se han probado a 19 pacientes voluntarios, de los cuales, a 11 les había crecido cabello 6 meses después del tratamiento.
A diferencia de las actuales técnicas de trasplantes en las que este cabello trasplantado no se regenera de nuevo, el nuevo método, llamado implantación de células foliculares y desarrollado por la firma Intercytex, promete llegar a ofrecer un suministro ilimitado de células «de repuesto».
Si las pruebas que se disponen a realizar demuestran que es un método seguro y efectivo, el remedio podría estar a disposición de quienes lo requieran en cuestión de cinco años.
El doctor Paul Kemp, director del estudio, opina que el tratamiento «revolucionará el cuidado del cabello: la gente lo usará apenas empiecen a quedarse calvos». «Vendrán y tomaremos algunas de sus células, las cultivaremos en el laboratorio, congelaremos la mayoría y les inyectaremos algunas», vaticina. Pero va más allá, ya que asegura que los mismos principios se podrían aplicar en el futuro para cultivar dientes u otros órganos de repuesto.
Pese a las buenas sensaciones de este investigador, otros participantes del estudio aseguran que la técnica todavía tiene que afinarse pero que resulta prometedora.
Fuente: BBC Ciencia