A veces nos sorprenden cosas que creemos conocer con certeza, fenómenos estudiados desde que el hombre es hombre y que con la tecnología actual suponemos claramente superados. Este es el caso, ya que nuevas imágenes obtenidas por el telescopio espacial Spitzer de la NASA han desvelado la verdadera estructura de la Vía Láctea, compuesta por dos brazos principales de estrellas en forma de espiral, y no cuatro, como se había creído hasta la fecha.
Las imágenes infrarrojas del Spitzer son capaces de traspasar el polvo y así obtener información detallada del denso y alargado bulbo de estrellas que la Vía Láctea posee en su centro. Los científicos, gracias a 800.000 instantáneas, han observado que el bulbo se extiende más allá de lo que se creía hasta ahora.
Según los primeros modelos de la estructura de la galaxia, basados en las observaciones de gases, ésta tenía cuatro brazos principales de estrellas, denominadas Norma, Scutum-Centauro, Sagitario y Perseo, informa la NASA. Ahora se ha constatado una densidad estelar mayor en Scutum-Centauro y Perseo que no aparece en el caso de Sagitario y Norma, lo que confirma que la Vía Láctea está compuesta de dos brazos únicamente: Scutum-Centauro y Perseo. Los brazos menores (Norma y Sagitario) están compuestos principalmente de gases y pequeñas zonas de formación estelar.
“Durante años, se crearon mapas de toda la galaxia basadas en estudios parciales o empleando solo un método. Por desgracia, cuando se compararon las figuras de distintos grupos de estudio, nunca coincidían, ahora podemos unir estos brazos, como si fueran piezas de un rompecabezas y podemos establecer su estructura, posición y ancho por primera vez», agregaron los científicos.
Fuente: El País
Investigadores de la Universidad de Lausana (Suiza) han descubierto que una mayor actividad cerebral en las moscas las lleva a consumir más rápido su energía vital y tiene consecuencias negativas sobre su longevidad.
Según investigadores del Departamento de Ecología y Evolución de esa Universidad, existe una correlación entre una mayor capacidad de aprendizaje y memorización y el tiempo que vive la mosca del vinagre.
Para llegar a ese resultado, los científicos formaron dos grupos de moscas provenientes de la región de Basilea (norte de Suiza). El primer grupo fue mantenido en su estado natural, mientras que en el segundo se estimuló al máximo el cerebro de los insectos, a los que se enseñó a asociar un olor de comida con un gusto, agradable o no.
Las conclusiones del resultado indican que las moscas que se mantuvieron en su estado natural vivieron entre el 10 y 15 por ciento más que las que aprendieron y memorizaron, es decir 54 días en lugar de 45.
En otras palabras, cuanto más inteligente se vuelve una mosca del vinagre, menos tiempo vive, ya que una actividad neuronal sostenida aceleraría su envejecimiento.
«Teniendo en cuenta que el cerebro consume entre el 20 y el 25 por ciento de la energía de los seres vivos, se puede comprender que los animales dotados de un cerebro menos desarrollado puedan vivir más tiempo«, explicaron los profesores.
Como comparación, mencionaron que en el caso de un bebé humano, más de la mitad de lo que come sirve para mantener y construir su cerebro.
Fuente: EFE
Después de estudiar chimpancés salvajes en Tanzania durante un año, un equipo de científicos ha encontrado la evidencia científica de que los chimpancés están viéndose afectados por enfermedades virales que han muy probablemente contraído de los seres humanos.
El estudio, publicado en la American Journal of Primatología, se basa en los datos moleculares y microscópicos así como en las investigaciones epidemiológicas realizadas y que demuestran cómo los chimpancés que viven en las Montañas del Parque Nacional de Mahale se han visto afectados por una enfermedad respiratoria causada por una variante humana de un paramixovirus.
El trabajo se ve reforzado por investigaciones europeas que tras realizar las convenientes pruebas hallaron virus de humanos fallecidos en chimpancés de África occidental.
Aunque la evidencia cada vez es mayor, los científicos no quieren alarmar a la sociedad y aseguran que se puede practicar eco-turismo con tranquilidad, y todavía se deben realizar más investigaciones para determinar con total seguridad este hecho. «Exactamente por donde ha llegado este virus y la vía de transmisión sigue siendo poco clara en este momento», aseguró el Dr Taranjit Kaur, director de la investigación.
Fuente: Physorg