Ingenieros canadienses de la compañía Group IV Semiconductor Inc. Han desarrollado una tecnología revolucionaria que permitirá fabricar bombillas de silicio que consumirán un 90% menos energía que las bombillas actuales y durarán 20 años.
La bombilla actual, apenas ha cambiado desde que fue inventada hace 100 años, un poco más eficiente, más ecológica y mejores propiedades en su versión halógena, pero nada que ver con este nuevo cambio que se avecina.
Si actualmente, es un fino filamento de tungsteno envuelto en un gas inerte y a la vez encerrados en una ampolla de vidrio, las futuras bombillas no precisarán ni gas ni filamentos, sino procesadores de silicio para obtener luz.
El rendimiento actual de las bombillas incandescentes es sólo del 15% de la energía consumida, por lo que su eficiencia resulta muy baja, desechando gran parte de esta energía en forma de calor. Las bombillas de silicio tendrán un rendimiento del 90% y las podremos tocar aunque estén encendidas, sin llegar a quemarnos.
En esta nueva tecnología tan innovadora, se ha logrado pasar la corriente a través del silicio para producir luz, con la peculiaridad de que casi la totalidad de la energía es convertida en luz en vez de en calor, consumiendo la décima parte de la energía consumida por las bombillas tradicionales y durando mucho más tiempo, hasta 50.000 horas frente a las 1.000 horas actuales de las bombillas incandescentes y 5.000 de los fluorescentes.
El objetivo de sus creadores es que el precio de estas bombillas permita la generalización de su uso, y que sean compatibles con las instalaciones que usamos en la actualidad. Sin duda, un gran avance que podría revolucionar el mercado global de la iluminación, estimado en 12.000 millones de dólares.
Fuente: Tendencias21
Investigadores en la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign han desarrollado una prueba para detectar el consumo de cocaína y otras drogas con una simple varilla que determina a través de la saliva, la sangre o la orina el consumo de estas. La prueba se ha desarrollado con ayuda de la nanotecnología y se puede empaquetar en kits de uso rápido y fácil similares a los utilizados para las pruebas caseras del embarazo.
En la varilla, están situados unos sensores colorimétricos aprovechando la separación lateral del flujo mediante nanoestructuras, comentó Yi Lu, profesor de química en el Universidad de Illinois, e investigador en el Instituto Beckman . “Los nuevos sensores ofrecen una prueba rápida y precisa. Se podrá utilizar fácilmente en cualquier lugar para ayudar lo antes posible a individuos que hayan consumido drogas u otros productos químicos”, afirmó.
Los ligandos del ácido nucleico (llamados aptamers) son los fragmentos cortos de ADN o ARN que pueden ligar a los antígenos con alta especificidad y afinidad. Para cada blanco molecular, como la cocaína, su «aptamer» correspondiente puede seleccionarlo de una biblioteca grande de ADN. Después, mediante los sensores colorimétricos altamente sensibles y selectivos, se puede determinar la presencia de esta droga rápidamente.
Hasta ahora, los investigadores han demostrado con éxito su tecnología en la adenosina y la cocaína, en suero de sangre humano. “Nuestros resultados demuestran que la varilla es compatible con muestras biológicas, pudiéndose utilizar en diagnósticos medicos” aseguró Lu.
Fuente: Universidad de Illinois en Urbana-Champaign
Investigadores estadounidenses del Instituto de Tecnología de Massachussets (MIT) están desarrollando un sistema para enviar electricidad por vía inalámbrica a equipos como ordenadores portátiles o reproductores MP3 con esperanzadores resultados, de momento, para distancias de 3 a 5 metros.
El lío de cables que suele haber, por ejemplo, detrás de nuestros ordenadores puede tener los días contados si este ingenioso sistema avanza positivamente. Para realizarlo, los investigadores se basan en la resonancia, un fenómeno que causa la vibración de un objeto al aplicarle energía a una frecuencia determinada. En este caso concreto, esa resonancia es de ondas electromagnéticas (ondas de radio, rayos infrarrojos y rayos X).
Hay objetos, que al aplicarles energía, la retienen en «resonancias de larga vida», evitando su fuga hacia el espacio. Se las conoce como «colas» de energía, «si uno coloca otro objeto resonante, con la misma frecuencia, lo suficientemente cerca de una de estas colas, resulta que la energía puede pasar, como a través de un túnel, de un objeto al otro», dijo Marin Soljacic, uno de los investigadores.
Gracias a este método, una simple antena de cobre diseñada para que tenga resonancia de larga vida, podría transferir energía a una computadora cuya antena resuene en la misma frecuencia. La energía que no llegue al equipo receptor sencillamente se reabsorbe.
Los sistemas descritos por los científicos servirían para distancias de tres a cinco metros. «Eso sería suficiente para una habitación, pero también se podría adaptar a una fábrica o reducirlo al mundo microscópico o nanoscópico», concluyó Marin Soljacic.
Fuente: BBC Ciencia